Era de esperar, con el bolsillo no se juega. A nadie le gusta que le bajen el sueldo sin mediar explicación. Esto es lo que ha sucedido con los miembros de Prefectura y Gendarmería. El trabajo que realizan merece un mayor reconocimiento y no un maltrato semejante. ¡Error! salen a decir después de hacerle la quita en los haberes.
Lo significativo de la protesta es la populosa concentración, algo que llama la atención. El gobierno empieza a percibir un malestar que viene de distintos estratos sociales, algo que altera el ánimo de los principales funcionarios responsables. Hoy no se espera la renuncia de Nilda Garré, en otras épocas la decisión presidencial hubiera sido otra. Pero de empeorar la cosa la renuncia estará a disposición de la Jefa de Estado.
El paso que sigue nadie lo sabe, sin embargo es de suponer que la sumatoria de fenómenos producidos en distintos segmentos de la sociedad debe alertar a la Presidenta. Se espera un diciembre muy duro en cuanto a reclamos. Los afectados no quieren que se los confunda con intenciones teñidas de golpismo y protestas antidemocráticas.
A los estudiantes que tomaron a la fecha 30 escuelas se le suman estas protestas de las fuerzas de seguridad.
Luego tenemos varias centrales de trabajadores divididas. Algunas esperan que la democracia toral llegue a la policía, prefectura, gendarmería y otras. Así de este modo puedan agremiarse como otras actividades y luchar organizados políticamente ¿Por qué no?
Pronto aparecerá en estos manifestantes posturas oficialistas, otros buscarán ser progresistas de derecha o de izquierda. De este modo, es de suponer que en un futuro cercano las fuerzas lleguen a ser conducidas por varios gremios internos. Cada uno será miembro de la Central de Trabajadores que más le convenga.
Todos podemos observar que en distintas partes del mundo la mecha se enciende y depende del largo de esta mecha para saber el tiempo justo de la explosión. Me refiero a el "estallido social" . Si bien la Argentina no tiene los problemas de otros países. El tiempo que nos toca vivir da cuenta que, la gente está muy crítica y desea vivir con los lujos que diseña el capitalismo salvaje en manos de los gestionadores del progreso nacional. Todos queremos ganar igual o mejor que el presidente de Aerolíneas o cualquier político trabajando en organismos oficiales.
Las Fuerzas de Seguridad deben estar bien pagas al igual que una mucama de hospital. Los reclamos son justos y merecen ser atendidos urgentemente. El arte de gobernar indica anticiparse a los problemas y no dejar que en caso de suceder, el mal llegue a daños democráticos mayores. Aplicar ingeniería política y una gestión teñida de equidad es la mejor receta.
