RESPETAR LA CONSTITUCION

RESPETAR LA CONSTITUCION SIGNIFICA GARANTÍA DE LEGALIDAD

No se puede confundir un jabón con una piedra. Es lo que el Código Penal Argentino, hace.
El Dr. Eugenio Zaffaroni dice que al C.P hay que rehacerlo y debe ser preciso, y claro. Es como decir no debe dar margen para interpretar otra cosa que lo que dice la ley.
No puede ser que los penalistas no se pongan de acuerdo en la cantidad de años que se le debe dar a un condenado ante un delito grave. El C.P lleva mas de 200 reformas, parches y parches que no dan coherencia a una ley tan importante donde está en juego la libertad de las personas.
Por suerte tenemos a un ministro de la corte como Zaffaroni, que no tiene miedo en expresar su punto de vista, ni se preocupa que muchos que no estén de acuerdo. Estudioso y destacado criminólogo, profesor universitario, y un conferencista internacional que respeta la Constitución al pie de la letra, motivo que le da el calificativo de GARANTISTA.
Eso es exactamente lo que la Constitución ordena, entre muchas cosas, el debido proceso de un imputado con la garantía constitucional como respaldo. La Constitución Nacional es la “Biblia” de un ciudadano. Es el marco jurídico que indica a otras leyes menores, por donde se llega a garantir los derechos de cada uno de los habitantes del país.
El 70% de los presos están sin condena, pero también es cierto que miles de personas que cometen delitos, son beneficiados con la libertad, sin siquiera cargar con la denuncia por los delitos cometidos. Cifra negra, muy alta, que altera los ánimos de la sociedad, en especial cuando estos delitos son contra las personas, como el secuestro, violación, homicidio.
Las leyes son perfectibles y el Poder Legislativo debe funcionar como una filarmónica, ninguno de sus legisladores debería desentonar, equivocarse en una nota, ni poner, ni dejar deslizar en algún artículo un error que lleve a la confusión para beneficio de alguna persona, grupo, institución o corporación de cualquier tipo.
La sociedad está obligada y tiene derecho a pedir cuenta a los legisladores sobre la actuación y el cumplimiento del mandato delegado. También es cierto que cada poder del Estado es sustantivo y hasta específico. Si bien existe esta división de poderes, el Estado es único, además tiene que tener poder para gobernar. Ahora, el poder es una cosa, y la concentración de poder es otra. No se necesita concentrar poder cuando el Estado a través de sus gobernantes es eficiente y equitativo. Cuando concentra poder, lo hace para imponer a veces, al margen de la Constitución, arbitrariedades de todo tipo. Signo evidente de debilidad y no de la fortaleza que se apoya en la justicia.
Mario Pérez González